Buen comercial o Mal comercial
Buen comercial / Mal comercial
Recuerdo por ejemplo, no hace más de dos años en España, cuando parecía que las cosas se vendían solas, que muchos empresarios contrataban a cualquier comercial para vender no se que producto. Hoy, en estos tiempos difíciles para todos, estos mismos empresarios tienen mucho más complicado colocar sus productos por no disponer de buenos comerciales.
Si, si, buenos. Yo he conocido a infinidad de comerciales, pero buenos, sólo unos pocos.
Porqué en momentos difíciles, cuando todo el mundo vende y pocos son los que compran, es cuando se ve la diferencia.
Un buen comercial hace buenos seguimientos, es constante, sabe donde ir a llamar, ve la oportunidad, gestiona bien su tiempo y rentabiliza la inversión del “jefe”.
Un mal comercial, cuando llegan las vacas flacas, en lo único que piensa es en cambiar de oficio, lamentarse de su situación, trabajar para ganar unos miserables euros. No se esfuerza más, no busca nuevos clientes, sólo gestiona los que entran por la puerta, pero no se preocupa de salir a buscar a los potenciales.
Los auténticos comerciales saben afrontar los malos momentos y disfrutar de los buenos. Un mal comercial ni disfruta, ni deja disfrutar.
Un buen comercial defiende su producto hasta la saciedad, un mal comercial no se defiende ni él mismo.
El buen comercial se esfuerza en ser cada día mejor, en reciclarse. Un mal comercial no aprende de la experiencia y eso lo derrota.
Pero como todo en la vida, es cuestión de elección. Aunque yo me quedo con el bueno.
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