Una mejor manera de vivir

Las 17 reglas del éxito de “Una mejor manera de vivir” – Por Og Mandino





REGLA NUMERO UNO: Hay que considerar lo bueno que uno tiene.
 
Una vez que uno se da cuenta de lo valioso que es y de cuantas cosas positivas tiene a su favor, las sonrisas volverán, saldrá el sol y sonará la música.
 
REGLA NUMERO DOS: Hoy y todos los días, uno debe dar más de lo que le pagan por hacer.
 
La victoria del éxito se habrá ganado a la mitad cuando uno aprenda el secreto de dar más de lo que se espera en todo lo que uno hace.
 
REGLA NUMERO TRES: Cada vez que se cometa un error o se haya sido abatido por la vida, no hay que quedarse demasiado tiempo pensando en ello.
 
Los errores son la forma en que la vida le enseña a uno. La capacidad de cometer errores ocasionalmente es inseparable de la capacidad de lograr las propias metas.
 
REGLA NUMERO CUATRO: Uno debe premiar siempre sus largas horas de trabajo y afán de la mejor manera, rodeado de su familia.
 
Hay que alimentar su amor con todo cuidado y recordar que los hijos necesitan modelos.
 
REGLA NUMERO CINCO: Hay que levantar este día sobre una base de pensamientos agradables.
 
Uno no debe preocuparse nunca por ninguna imperfección que uno tema que pueda impedir su progreso.
 
REGLA NUMERO SEIS: Siempre hay que dejar que las propias acciones hablen por uno, aunque todo el tiempo hay que estar en guardia contra las terribles trampas del falso orgullo y la vanidad que pueden detener el propio avance. Un obstáculo peligroso para nuestro progreso contínuo es la terrible pantalla de orgullo complaciente que es responsable de cegar nuestro avance una vez que hemos experimentado un poco de éxito.
 
REGLA NUMERO SIETE: Cada día es un don especial de Dios, y si bien es posible que la vida no siempre sea justa, uno no debe dejar nunca que las penas, las dificultades y las desventajas del momento envenenen la actitud y los planes que uno tiene para sí mismo y su futuro.
 
No se puede ganar si se lleva puesta la fea capa de la autocompasión con toda seguridad ahuyentará cualquier oportunidad de éxito. Hay una mejor manera.
 
REGLA NUMERO OCHO: Uno nunca debe llenar sus días ni sus noches con tantas nimiedades y cosas insignificantes como para no tener tiempo de aceptar un verdadero reto cuando éste se presente.
 
Cuando tiene la capacidad de lograr tanto si hace una pequeña modificación en su rutina.
 
REGLA NUMERO NUEVE: Hay que vivir este día como si fuera el último de su vida.
 
Uno debe hacer de este día el mejor de su año.
 
REGLA NUMERO DIEZ: A partir de hoy, uno debe tratar a todas las personas que encuentre, sean amigas o enemigas, conocidas o extrañas, como si fueran a morirse a medianoche.
 
Hay que brindar a cada persona toda la atención, amabilidad comprensión y afecto que uno pueda mostrar.
 
REGLA NUMERO ONCE: Hay que reírse de sí mismo y de la vida.
 
No con el ánimo de burlarse, sino como un remedio, como un medicamento milagroso.
 
REGLA NUMERO DOCE: Nunca deben descuidarse los detalles, ni escatimarse ese esfuerzo adicional, esos cuantos minutos de más, esa palabra suave de alabanza o agradecimiento, esa entrega de lo mejor que uno puede hacer.
 
No importa lo que los demás piensen, pero sí es de primordial importancia lo que uno piensa de sí mismo.
 
REGLA NUMERO TRECE: Hay que recibir cada mañana con una sonrisa.
 
Hay que motivarse uno mismo.
 
REGLA NUMERO CATORCE: Uno logrará su gran sueño, un día a la vez, así es que hay que fijar metas para cada día – no proyectos largos y difíciles, sino tareas que lo llevarán a uno, paso a paso, hacia su arcoiris.
 
Hay que ser paciente.
 
REGLA NUMERO QUINCE: Uno no debe permitir nunca que nadie le eche a perder su desfile y de esa manera arroje una sombra de tristeza y derrota en todo el día.
 
Nada externo puede tener poder sobre una a menos que uno lo permita.
 
REGLA NUMERO DIECISÉIS: Hay que buscar la semilla del bien en todas las adversidades.
 
Cuando uno domina ese principio, posee un valioso escudo que lo protegerá bien a través de todos los oscuros valles por donde tenga que pasar.
 
REGLA NUMERO DIECISIETE: Uno debe darse cuenta que la verdadera felicidad radica dentro de uno mismo.
 
No hay que desperdiciar tiempo ni esfuerzo en buscar la paz, la alegría y el gozo en el mundo externo.


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